En los últimos días la economía argentina sufría una nueva devaluación de su
moneda, pero esta vez no fue en manos de los Duhalde, de los Lavagna, de los
los “sectores empresarios concentrados”, sino que fue Kicilof quién anuncio su
flamante plan de elevar el tipo de cambio del dólar oficial a $8, es decir, devaluar en un
solo mes, casi, el 25%. Para completar el panorama, el salario viene perdiendo un 20% de
poder de compra (en el último mes), y las tasas de interés subieron a un 7%
para pedir créditos.
En su última aparición en 6,7,8 Kicillof definió a “bajar el gasto
público, bajar los salarios y bajar el crédito” como las tres medidas centrales
que estarían pidiendo los sectores empresarios concentrados, siguiendo las
recetas del FMI, para, acto seguido, afirmar su negativa a aplicarlas. Sin embargo,
ya están empezando a llevarlas adelante.
La suba de las tasas de interés llevan al encarecimiento de los
créditos, retrotrayendo el consumo y la inversión, una receta clásica para
“enfriar” la economía. El tarifazo en el transporte va inscripto en la línea de
reducir el gasto público vía disminuir los subsidios que muy probablemente se
complemente, en el corto plazo, con el aumento de los servicios (luz, gas,
etc.). Y el punto clave de todo el plan son los salarios. Los mismos ya cayeron
en su costo en dólares (por la devaluación) y en su valor real fruto de la
inflación.
Una muestra categórica que desenmascara el doble discurso del Ministro
K y su gabinete (los devaluadores del 8 a 1?). Para cualquier estudiante de la
facultad es evidente que este plan contiene todos los ingredientes de un “giro
ortodoxo” con devaluación, inflación y enfriamiento de la economía. Con sus
consecuencias: ajustes al pueblo trabajador vía
salarios y aumentos de tarifas. A lo que podría sumarse una futura recesión que
traería despidos y
suspensiones.
¿Podemos parar el ajustazo?
La pelea clave de la escena nacional serán las paritarias donde se
definirá si los trabajadores podrán torcerle el brazo al gobierno (que piensa
en un piso y techo del 20 al 22%) a la burocracia sindical y a las patronales.
Si en la última campaña electoral decían: “en la vida hay que elegir”;
el gobierno de Cristina “ya eligió”: el ajuste sobre los salarios es el ancla
central para acomodar la economía.
La mayoría de los estudiantes dependemos de nuestros ingresos para
bancar nuestras carreras. Por eso no podemos quedarnos por fuera de ésta
disputa. Más aún en nuestra facultad, donde podemos usar nuestros conocimientos
para develar las verdaderas intenciones de los empresarios y el gobierno. Es hora de que nazca
un nuevo movimiento estudiantil, retomando las mejores expresiones de unidad
con los trabajadores, como el Cordobazo en nuestro país o el Mayo Francés del
’68.
Sumate al Observatorio Económico y Social!
La devaluación y la
inflación carcomen día a día el poder adquisitivo de los trabajadores cuyo
salario real decreció un 20% en los últimos 3 meses. Desde la Juventud del PTS en económicas
durante todo el verano venimos impulsando el Observatorio Económico y Social,
participando en reuniones con el activismo obrero y aportando todos nuestros
conocimientos en las diferentes ramas de la industria y la economía a nivel
nacional para fortalecer las luchas de los trabajadores contra los despidos y
la pauperización del nivel de vida.
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